Todo esto tuvo lugar en Toronto pero creedme que lo peor no fue eso. Esa misma tarde, salía del rodaje de la película en la que el muchacho siempre tiene que ir inmaculado por eso de que interpreta a un ricachón millonario, cuando se encontró que su limusina estaba hasta el guardabarros de grafitis: se la habían tuneado a base de insultos, palabras malsonantes y dibujos obscenos para ver como reaccionaba Robert Pattinson que, obviamente, no fue pegando palmas y saltos de alegría. Los medio locales ya le han dicho que no se preocupe, que estas cosas suelen pasar y que se trata de actos vandálicos esporádicos que en ningún momento tienen la intención de herirle o hacerle daño.
No, desde luego que no, que mientras lo que le lancen sean tarta y no tapacubos de basura, sus fans pueden dormir tranquilos sabiendo que al menos ahora ya tendrá un motivo más que razonable para aborrecer la nata ¿verdad?
P.D: lo siento chicos, pero todo esto forma parte de la película… sé que algunos os habriáis emocionado pensando que por fin alguien se ha dignado a lanzarle bollitos a Robert pero… el guión es lo que tiene.
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